Un día tomé entre mis manos...
por Raine Maria Rilke
Un día tomé entre mis manos
tu rostro. Sobre él caía la luna.
El más incomprensible de los objetos
sumergido bajo el llanto.
Como algo solícito, que existe en silencio,
se sentía casi como una cosa.
Y con todo nada había en la fría noche
que más infinitamente se me escapara.
Oh, estos lugares en los que desembocamos
donde se apresuran hacia las escasas superficies
todas las ondas de nuestro corazón,
nuestro regocijo y desfallecimiento,
y al fin, ¿a quién ofrecemos todo esto?
Ay, al extraño, que nos ha malentendido,
ay, a aquel otro, que nunca hemos encontrado,
a aquellos siervos, que nos han maniatado,
a los vientos de primavera, que se han desvanecido,
y a la quietud, la perdedora.
Once I took your face into my hands...
by Raine Maria Rilke
Once I took your face into
my hands. Moonlight fell on it.
Most incomprehensible object
under overflowing tears.
Like something docile, that quietly endures,
it felt almost the way a thing feels.
And yet there was no being in that chill
night, which endlessly eludes me.
O these places toward which we surge,
pushing into the scant surfaces
all the waves of our heart,
our pleasures and our weaknesses,
and to whom do we finally hold them out?
To the stranger, who misunderstood us,
to the other, whom we never found,
to those slaves, who bound us,
to the spring winds, which promptly vanished,
and to silence, that spendthrift.
viernes, 31 de mayo de 2013
Rilke