martes, 4 de abril de 2023

Máquinas



"En la Bienal de Venecia de 1966 las cosas cambiaron; mejor dicho ya habían cambiado allí. ¿Lo entendió así el jurado internacional? En esa segunda época de las máquinas de [Julio] Le Parc hay ya más juego, más ironía. Un sentir surrealista se ha deslizado en el proyecto puramente óptico del principio. Del discípulo del inflexible [Victor] Vasarely, Le Parc parece ir evolucionando hacia el segundo tipo de máquinas.
En el caso de [Nicolas] Schöffer el caso de contagio de la máquina se había producido a la "primera potencia". Pero la obsesión maquinística puede tener también lugar a la "segunda potencia", no como simple adhesión administrativa a la máquina (que es también una manera de estar preocupado por ella). En el primer caso había contaminación directa, se trataba sobre todo de la creación de mecanismos capaces de engendrar una belleza expresiva al nivel de nuestra moderna tecnicidad, en el segundo, en cambio, hay una reflexión, una distancia psíquica, una ironía, como diciendo: ¿así que las máquinas sirven para hacer cosas?, ¿así que nosotros dependemos de esos objetos utilitarios capaces de fabricar otros objetos utilitarios? Pues bien, nosotros vamos a crear las máquinas inútiles, las máquinas que no sirvan para fabricar nada, a no ser una inquietud; las máquinas que en vez de tranquilizarnos nos desasosiegan."

'Arte de Ruptura' (1973), Damián Bayón.