miércoles, 17 de julio de 2024

Istambula



Con Josetxo Anitua [Cancer Moon] en el Pera Palace de Estambul. Cuando se caía a trozos, antes de la espantosa remodelación. Recorrimos las habitaciones de Greta Garbo, Agatha Christie, Atartük. Y, por supuesto, fuimos a la estación del Orient Express y encontramos a los derviches. Rescatamos un montón de historias y nos imaginamos otras tantas, porque parte de nosotrxs vivía en un mundo paralelo, fabricado con las leyendas de las hazañas de los personajes del rock, de la literatura y del cine. Las leyendas que inspiraron nuestra adolescencia.

Josetxo y yo nos conocimos en un concierto punk en Elgoibar. Él tenía 17 y un aire entre Bowie o Ian Curtis que le catpultaba del resto. Yo tenía 16, me había pintado las uñas con rotulador negro, los labios con cera negra, los ojos con khol y llevaba el pelo cardado. Él observó con atención mi altercado con un simio -la típica movida machirula, en la que Amaya y Amate cerraban conmigo la formación triángulo para evitarme una agresión física- y, cuando por fin el simio se esfumó, nos saludamos y nos hicimos amigos inmeditamente. Hablamos toda la noche de la música que nos gustaba y de la vida. Éramos dos bichos raros que queríamos más, mucho más de lo que Elgoibar y Éibar podían ofrecernos... Después de dar algunas vueltas, sobre todo yo, acabamos en Bilbao. El de la canción de Brecht y Weill y el del Gaueko.

Pero, volviendo a la foto, ¡fue un viaje magnífico! Josetxo la llamaba "Istambula". La ciudad le parecía una suerte de búfala anciana, tan anciana como el monoteísmo, decía. Le fascinó "Istambula". De vez en cuando, colocadxs de Bizancio, empezábamos a cantar "To All Tomorrows Parties"... Lxs dos compartíamos la pasión por Nico, aunque a mí la Velvet y Lou Reed me entusiasmaban menos que a él, y esto es algo que nunca acabó de comprender. Al año siguiente, en mi casa, repasando discos cantamos "Volar" de Alaska Y Los Pegamoides y comentamos que era una canción clásica, con una letra verdaderamente solemne.

Apenas dos meses después de aquel 22 de Abril en el que Josetxo saltó del puente de La Salve conocí a Nick Cave y me invitó a cenar. En la cena solo pensaba en que no podría contárselo con todo lujo de detalles... También tengo pendiente repasar las últimas letras que escribió para Josetxo Grieta y que a menudo comentábamos los lunes, después de hacer la compra. Algunas de sus frases y de aquellas conversaciones se grabaron en mi memoria y a menudo saltan sobre las imágenes que se han ido desvelando o produciendo con el giro catastrófico que dio el mundo en 2008.

Desde que se fue, esto ha empeorado...


Arakis (Xabier Arakistain)



[vía Atrapados Por La Serpiente]