"...Esto es vandalismo a gran escala. Oculta tras una cortina de humo de evasivas cínicas y piadosa moralización, la forma del futuro es, sin embargo, claramente discernible. Los recortes en gasto social, incluidas las prestaciones por desempleo, significan que las condiciones en las que deben soportar su inactividad forzada se deteriorarán rápidamente hasta convertirse en una carga insoportable, cuyas consecuencias serán descomunales. No existen canales establecidos para representar o incluso reconocer los intereses de los involucrados, y el hecho de que los partidos políticos e incluso los sindicatos no contribuyan a la situación con algo más que tópicos aumenta aún más la alienación de los jóvenes. La naturaleza intrincada de este problema, intensificada como está por la extrema filosofía de libre mercado del gobierno de Thatcher, abre un período de amargo conflicto, a medida que los jóvenes se sienten cada vez más frustrados, y se niegan a aceptar la lógica de un sistema económico que los priva de un futuro productivo y significativo. Nunca hay que olvidar que en nuestra sociedad existen fuerzas bárbaras y reaccionarias que, si bien no tienen un atractivo intrínseco para los propios jóvenes, no tardarán en sacar provecho político de una juventud amargada si el movimiento obrero no consigue dar una dirección positiva y sostenida a su búsqueda de nuevos valores económicos y políticos." Tish Murtha, 1980