jueves, 18 de diciembre de 2008

Trilogía sucia de La Habana

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"Entonces yo era un tipo perseguido por las nostalgias. Siempre lo había sido y no sabía cómo desprenderme de las nostalgias para vivir tranquilamente.
Aún no he aprendido. Y sospecho que nunca aprenderé. Pero al menos ya sé algo valioso: es imposible desprenderse de la nostalgia porque es imposible desprenderse de la memoria. Es imposible desprenderse de lo que se ha amado.
Todo eso irá siempre con uno. Uno siempre anhelará tanto rehacer lo bueno de la vida como olvidar y destruir la memoria de lo malo. Borrar las perversidades que hemos cometido, deshacer el recuerdo de las personas que nos han dañado, eliminar las tristezas y las épocas de infelicidad.
Es totalmente humano, entonces, ser un nostálgico y la única solución es aprender a convivir con la nostalgia. Tal vez para nuestra suerte la nostalgia consiga convertirse de algo triste y depresivo en una pequeña chispa que nos dispare a lo nuevo, a entregarnos a otro amor, a otra ciudad, a otro tiempo, que tal vez sea mejor o peor, no importa, pero será distinto. Y eso es lo que todos buscamos cada día: no desperdiciar en soledad nuestra vida, encontrar a alguien, entregarnos un poco, evitar la rutina, disfrutar de nuestro pedazo de fiesta.[...]"

Pedro Juan Gutiérrez· Extracto de 'Trilogía sucia de La Habana'


"Un escritor siempre se desdobla una y otra vez. Y vive bajo presión.
Sólo de ese modo agotador puede meterse bajo la piel de cada uno de sus personajes, escribir desde adentro y producir libros convincentes.
Lo que quiero decir es que mis libros no los escribo yo. Los escriben los personajes que los habitan. Supongo que es bueno facilitar el diálogo entre los lectores y esos tipos casi siempre desesperados y desolados que hacen equilibrios al borde del abismo y con los que juego a los desaparecidos como hacía Houdini: a veces ellos me habitan. Otras veces yo los penetro y me acomodo como un alien entre sus costillas.
A Balzac le preguntaron: “¿Qué es un personaje de novela?”. Y respondió: “Puede ser cualquier persona de la calle, pero es alguien que va hasta el límite de sí mismo. Ninguno de nosotros va nunca hasta el límite. Tenemos miedo de la cárcel o de espantar a nuestros semejantes”.
George Simenon redondeó más la idea: “La novela consiste en crear un grupo social alrededor de un personaje central, y al autor sólo le queda meterse en la piel del personaje”.
Así que esta es la filosofía de este espacio: jugar como niños, sin objetivos ni aspiraciones trascendentales. Sólo el juego entre los lectores y estos personajes un poco trascuerdos que pueblan mis libros."


Pedro Juan Gutiérrez. Texto extraído del sitio oficial del autor.