lunes, 9 de septiembre de 2013

Edie


Edie Sedgwick, 1966. Foto: Jerry Schatzberg

BOB NEUWIRTH* : Bob Dylan y yo nos dábamos un garbeo de vez en cuando por la vida nocturna. Creo que alguien que había conocido a Edie Sedgwick dijo: "¡Tienes que conocer a esta chica fantástica!". Dylan la llamó por teléfono y ella alquiló una limusina y vino a vernos. Nos pasamos un par de horas riéndonos y tonteando. Fue genial. Creo que nos reunimos en el bar que estaba sobre el Kettle of Fish en MacDougal Street, que era uno de los sitios claves de los sesenta. Era justo antes de las vacaciones de Navidad y estaba nevando. Recuerdo que fuimos a contemplar la exposición de Houston Street frente a la iglesia católica. No me acuerdo cómo acabó la noche. Estoy seguro que acabó de una forma lógica o tal vez no. ¿Quién sabe? Edie era fantástica. Siempre lo era. Creía que estarse quieto era pudrirse, una extensión de la cultura pop de los sesenta de la canción de Bob Dylan: "El que no está ocupado naciendo está ocupado muriendo".
Edie cambiaba de empresas de alquiler de limusinas como quien cambia de camisa. Nunca pagaba las cuentas, así que las empresas le cortaban el crédito y ella se pasaba a otra compañía. Los chóferes la adoraban porque siempre le daba propinas de veinticinco o treinta dólares. Una limusina Cadillac negro y brillante con su aterrorizado chófer podía esperar tres o cuatro horas a que Edie terminara su visita a la buhardilla de algún pintor casposo del Bowery, bajo un puente, junto a la lonja de Fulton, sin nada más a su alredededor que coches y camiones desvencijados.
Tenía la habilidad de relacionarse a todos los niveles... con los chóferes o los vaqueros... comprendía la condición humana pero al mismo tiempo, por su educación, rechazaba todo lo que no fuera el number one. Por ejemplo pedía pescado, pero ya fuera en una taberna o en Le Pavillion ella hacía la misma pregunta: "¿El pescado es fresco?" y el camarero siempre respondía: "Desde luego, madmoiselle" [...]
*Compositor y artista que fue socio de Dylan en los 60s.

CHUCK WEIN*: Ella era incapaz de enfrentarse con la realidad de cada día y siempre necesitaba tener amigos que la comprendieran. Edie proporcionaba el glamour y el brillo... cuando entraba en algún sitio todo el mundo se volvía a mirarla. Y si no lo hacían, en los veinte segundos siguientes ella hacía algo para conseguirlo. Se echaba a reir, empezaba a bailar o a dar vueltas [...]
*Astrólogo, tarotista, cineasta, promotor de cabaret y bohemio vocacional... fue compañero de habitación de Edie Sedwick.

RENE RICARD*: Edie se convirtió en la superstar de la Factory. ¡Edie Sedwick y Andy Warhol! Tendrías que haberles visto. Los dos vestidos con el mismo tipo de ropa: cuello alto y camisetas de rayas. Andy llevaba tejanos de pana negra y esas botas de tacón en forma de plátanos. Unas botas horribles, yo las odiaba. Nunca pudo estar de pie con ellas. Entonces el pobre no tenía una peluca decente. Edie intentaba parecerse a él, pero quedaba mucho mejor. La camiseta, las medias negras, los pendientes tan largos. Era de una belleza turbadora, arrebatadora.
Edie presentó a Andy en sociedad. Lo llevó al auténtico mundo. Él procedía del submundo, era un arribista. Y Edie lo legitimó, ¿no? Él nunca había ido a esas fiestas hasta que ella lo llevó. Tendría que haber sido el primero en reconocerlo.
*Crítico de arte y poeta era uno de los personajes más o menos asiduos a la Factory de Warhol y su círculo, compañero eventual de correrías de gente como Nico o Edie Sedwick...

PATTI SMITH: La primera vez que vi a Edie fue en la revista Vogue en 1965. Yo tendría diecisiete o dieciocho años. Tienes que considerar de donde vengo. Si vives en el sur de Jersey la única forma de estar en la onda de lo que pasa es a través de las revistas, no basta con los discos. La revista Vogue fue en cierto momento mi conciencia. Nunca veía a la gente, nunca fui a un concierto, todo eran imágenes. En un número de Vogue hablaban de los Youthquakers [Nota: expresión para designar a las modelos y juventud destacada del momento y su nuevo estilo de vestir y de vida].
Salía una foto de Edie de pie sobre un rinoceronte de cuero a la altura de la cama haciendo un paso de ballet. Era como un hombre flaco en leotardos negros y una especie de jersey de cuello redondo, el pelo blanco y detrás de ella un caballito blanco dibujado en la pared. Era una imagen tan fuerte que pensé: "Esto es." Lo representaba todo para mí... irradiaba inteligencia, marcha, estar conectada con el momento.

ANDY WARHOL: Siempre bromeaba sobre la ropa que llevaba. Decía que no usaba ropa interior y cosas así. Era su forma de decir que su familia no le daba dinero. En realidad, ella diseñó todo su vestuario. Siempre estaba tan guapa... ¡Edie era toda una belleza!

RENE RICARD: Yo era uno de los acompañantes de Edie la noche en que tantas limusinas se pararon frente a The Scene, la noche en que conoció a Mick Jagger. Yo estaba allí y no sabes cómo me sentía con mis diecisiete años. ¡Fue un momento extraordinario! ¡Edie Sedwick, la chica más famosa de todo Nueva York y Mick Jagger  el cantante más famoso y con el que todo el mundo quería follar![...]

JONATHAN TAPLIN*: A Dylan le gustaba Edie porque era una de las pocas personas que no le toleraba sus extraños numeritos. Ella era mucho más fuerte que los aduladores que le rodeaban entonces. Siempre mantenía una relación de antagonismo con las mujeres. Probaba a la gente... tal vez para averiguar cosas de sí mismo. Su transición de la pureza del folk a la locura del rock había sido tremenda para él. Necesitaba saber quién era. Dylan respetaba la personalidad de Edie y su fuerza para enfrentarse a él y no doblegarse. ¿Conoces esa canción titulada Just Like a Woman? Dicen que la compuso para Edie.
*Productor de algunas de las peliculas más icónicas de Scorsese como Mean Streets o The Last Waltz, fue presidente de la compañía Lion's Gate Films y trabajó en las giras de Judy Collins, Dylan o The Band...

PAUL MORRISSEY*: El vínculo con Dylan surgió una noche cuando encontramos a Edie en el Ginger Man. Era a principios de 1966. Nos dijo que no quería que Andy volviera a proyectar ninguna de sus películas. Hasta entonces había rodado once películas con Andy en sólo cuatro meses[...]  Edie tenía un pequeño papel en Chelsea Girls, pero pidió que suprimiéramos las escenas en que aparecía. Nos dijo que había firmado un contrato con Albert Grossman, el representante de Bob Dylan.
Fue un periodo bastante raro. Andy pasaba por un momento de transición. Siempre estaba a la búsqueda de mayores cantidades de dinero para invertir en la producción de películas y se había metido además en el rollo de una nueva discoteca y promocionaba un nuevo grupo: la Velvet Underground. Les dejábamos ensayar en la Factory. Pero de pronto, empezaron a pasar allí más y más tiempo. Empezamos a rodar algunos cortos con ellos. Necesitaban una cantante y por pura casualidad encontramos a esa chica llamada Nico, que habia conocido Dylan en Europa y que Grossman había traído desde Londres. Ese tipo solía aparecer por la Factory con sus ayudantes con la aparente intención de escuchar los ensayos de Nico, pero por algún motivo ya no tenía interés en ella. Era Edie Sedwick a quien le interesaba contratar. Así que preguntaba: "¿No tendreis por ahí algunas de esas viejas películas de Edie Sedwick de las que hemos oído hablar? Nos encantaría verlas." Querían ver cómo daba en pantalla pero lo hacían de una forma solapada y a nuestras espaldas. En realidad Edie estaba al tanto del tema pero nosotros no lo sabíamos. Dylan la llamaba y la invitaba a salir: Siempre le pedía a Edie que no le dijera a Andy ni a ningún otro que se veían. La llevó a Woodstock y le dijo que Grossman pensaba reunirlos en una película. Ella sería la protagonista. Así que Edie vio su gran oportunidad.
Firmó con Grossman presionada por Dylan. Según parece, Grossman le dijo que no era conveniente que siguiera viendo a Andy, que esa publicidad era nefasta. De pronto no era más que Bobby esto y Bobby lo otro y comprendimos que se había enamorado. Pensamos que él la estaba engañando porque Andy había oído de nuestros abogados que Dylan se había casado en secreto varios meses atrás con Sara. Por algún misterioso motivo todo era secreto en aquellos días... Pero Andy no pudo resistir la tentación y sacó el tema. Se puso pálida. "¿Qué? ¡No te creo! ¿Qué?" Estaba temblando. Nos dimos cuenta de que de verdad creía que tenía una relación seria con Dylan y que tal vez él no había sido muy sincero.[...]
Después de eso la volvimos a ver en contadas ocasiones. Andy no volvió a proyectar sus películas. Cortó el trozo de Chelsea Girls donde aparecía ella y se sustituyó con una escenita algo abstracta de Nico con lucecitas de colores y mirando a la cámara que grabamos durante una media hora. Como fondo le pusimos música de la Velvet Underground. Es la última parte de Chelsea Girls. Un final muy bonito.
*Director de cine que realizó algunos de los títulos más emblemáticos producidos por Warhol...

DANNY FIELDS*: Hubo una especie de maratón en el Chelsea Hotel que acabó en su habitación, tomamos un montón de speed y estuvimos allí sentados un par de días. Edie hacía cosas como ensartar collares y moldear arcilla.
Leonard Cohen, el poeta, vivía al otro lado del pasillo. Pensé que podía ser bonito que conociera a Edie. Estaba metido en el rollo del incienso y las velas y leía muchos libros de la librería esotérica de la calle 23 para aprender cómo colocar las velas según el concepto místico de los budistas. Quemaba toneladas de incienso. A los del Chelsea no les hacía mucha gracia. Siempre estaban intentando echarle. Quemaba algo que hacía muchísimo humo y como el vestíbulo se llenaba de humo, tenían incluso que llamar a los bomberos. Lo llevé a que conociera a Edie. Zoë, la amiga de Edie, se había quedado dormida en el suelo. Se le había pasado el efecto de las anfetas y se había caído sobre un tubo de pegamento que se reventó. Y ella se quedó pegada al suelo. Cada vez que intentaba revolverse en sueños la camisa se le quedaba pegada. Edie estaba hablando por teléfono. Tenía un gato con ella. Era hijo del gato de Dylan y se llamaba Smoke. Llevé a Leonard Cohen a esa movida. Lo que más le interesó fueron las velas que Edie tenía alineadas en la repisa de la chimenea. En cuanto las vio empezó a preocuparse. Me dijo: "No sé si debo decirle que esas velas están colocadas de una forma que desprenden un flujo maligno. Fuego y destrucción. No tendría que tontear con esas cosas." Pero cuando Leonard se lo dijo a Edie a ésta le pareció una estupidez. Es irónico, ¿verdad? Muy poco tiempo después su gato desapareció y la habitación se incendió.
*Editor de revistas, responsable de fichajes para la discográfica Elektra, publicista de los Doors o manager de los Ramones fueron algunas de las ocupaciones de Danny Fields...

PATTI SMITH: Recuerdo el día en que oí la noticia. Era un día muy bonito. Había visto una chaqueta de armiño en una casa de empeños... con colitas de armiño por todas partes. Aunque estaba casi hecha trizas decidí echarle un vistazo. Me recordaba a Edie, a su pelo. No quiero dar la impresión de que pensaba en ella dia y noche. Pero era una de las muchas cosas que me conmovían... Bod Dylan, Jackson Pollock... Bueno dejé una paga y señal y seguí ahorrando. Valía diechiocho doláres, pero finalmente la conseguí. Le habían cosido un forro de algodón floreado. No era gran cosa pero tenía un bonito corte. Esa noche la puse sobre mi almohada y dormí con la cabeza apoyada en ella porque era muy suave. Al día siguiente fui a comprar el New York Post. Lo abrí y ahí estaba esa foto de ella. Fue toda una sorpresa, lo juro. De verdad que no pensaba tanto en ella. Tal vez tenía relación con haber comprado la chaqueta. Era una situación muy extraña.
Bueno, ese día me llamó Bob Neuwirth. Dijo: "La dama está muerta"... sólo eso. Lo mismo me había dicho cuando murió Janis Joplin. Después hablamos de otras cosas como si quisiera olvidarse de la noticia. Pero entonces dijo que yo debía escribir un poema en su memoria porque él no se veía capaz de hacerlo. Colgué el teléfono. Me sentía mal. Sentía una gran responsabilidad hacía esas imágenes a las que me había ligado. Todavía tenía la mano sobre el auricular cuando empezó eso... dah, dah, dah, dah y pensé: "Oh, oh, voy a escribir un poema." El ritmo persistía y el poema: "Oh no es justo, no, no es justo, cómo su pelo de armiño hacía volverse a los hombres..." Era como si no fuera mi propia voz. Yo estaba sola en mi habitación del Chelsea Hotel con la mano sobre el teléfono, musitando esos versos. Empecé a escribir las palabras. Era como seguir una línea punteada. Llegaba desde alguna parte con un ritmo perfecto sin el menor esfuerzo. Tenía que escribirlo. De haber cerrado la boca me habría salido por las orejas. Siempre he pensado que esa clase de poemas tienen su importancia... No quiero decir importantes para el arte ni nada de eso, sino tal vez para un alma perdida que necesita un poco de  paz. Cuando acabé fue como si alguien se pudiera ir por fin a dormir.


Extractos de 'Edie', Jean Stein & George Plimpton, 1982. 
Edición española: Ed. Circe, 1988 (Reeditado en 2006).



Edie en su apartamento, Vogue 1965. Foto: Enzo Sellerio.
La imagen fue recreada en 'Factory Girl'.



Poema de Patti Smith para Edie
(Escrito tras la muerte de Edie Sedgwick -1971-)
Traducción de Ramón De España

No sé cómo lo hizo. Fuego
temblaba sin cesar. Le costó
horas maquillarse, pero lo hizo,
incluso las pestañas postizas
Pidió ginebra con triple lima.
Luego una limusina.
Todos sabían que era la auténtica
heroína de Blonde on Blonde.
Oh, no es justo,
oh, no es justo.
Cómo hacía volverse a los hombres
su pelo de armiño.
Era blanca, blanca
rubia, rubia
y sus largas largas piernas...
Yo quería bailar con ella
pero nunca tuve oportunidad.
Oh, no es justo.
Como se agitaba hermoso,
cortando el aire, su pelo de armiño,
Cómo bailaban con ella
todos los hombres,
Nunca tuve la oporunidad
aunque se lo pedí
desde el fondo de los sueños de verdad,
desde la mente, buscando amor,
Me sumergiría en su movimiento
y daríamos vueltas.
Ella daría vueltas
haciendo volver la cabeza
a toda la ciudad.
Sus trémulos, trémulos
huesos relucientes.
Segunda criatura rubia
después de Brian Jones.
Oh, no es justo,
cómo llegué a soñar con ella
y ella se durmió,
se durmió para siempre.
Y nunca bailaré
con ella, nunca. Se rompió
como un bebé,
se ahogó
como un bebé,
como una niña,
como una dama.
Con su pelo de armiño
Oh, no es justo
y quisiera verla levantarse otra vez
sus blancos, blancos huesos
con el bebé Brian Jones
bebé Brian Jones
como ruborizadas muñecas.




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Bob Dylan·'Just Like a Woman' (Live 1966)