lunes, 11 de noviembre de 2013

Lhasa De Sela



Lhasa De Sela fue una vocalista extrañamente exquisita, con una voz algo templada pero que ponía al servicio de canciones de temática desgarrada que interpretaba en inglés, francés o español. Aunque nacida (en 1972) de madre estadounidense en Big Indian (Estados Unidos), parece clara la influencia de un padre mejicano y una infancia errante para, no sólo hacer su propia interpretación del repertorio popular del país de la familia paterna, sino incluso adaptarlo a su forma de decir las canciones. Recogía pues en su música casi toda la tradición de la norteamérica lastimera (incluida Canadá que era su país de adopción) añadiendo notas circenses (el oficio de sus hermanas con quienes trabajó en Marsella), cabareteras, portuarias y vete tú a saber qué más (eso lo dejo para los entendidos). Y, aunque fallecida en 2010 en Montreal a la temprana edad de 37 años por un cáncer de mama, dejó para la posteridad tres discos que son tres prodigios de sentimiento y que deberían servir tarde o temprano, si hubiera algo de justicia con el buen artista, para algo más que para convertirla en deleite para los oídos de músicos y algunas minorías.

Lhasa De Sela was (in a peculiar way) an exquisite vocalist with a warm voice but in the service of heart-ripped themed songs that she sung in English, French or Spanish. Although born ( in 1972 ) to an American mother in Big Indian (United States), it seems clear the influence of a Mexican father and a travellig childhood not only assuming some of the paternal family country's popular repertoire but even adapting it to her own way of saying the songs. She collected in her music almost the whole tradition of mournful North America (Canada included) also adding notes of circus (the job of her sisters whom she worked with in Marseille) or cabaret and who knows what else (I leave that to experts). And, although she died in 2010 in Montreal at the early age of 37 years of a breast cancer, she left for posterity three records that are three wonders of feeling that should serve sooner or later, if there's any justice for good artists, for much more than delight to the ears of musicians and some minorities.



MiraWatch