sábado, 3 de septiembre de 2016

Memorias de un perro




En este vídeo el fotógrafo japonés Daido Moriyama, bastante conocido en los medios artísticos y cuya obra, ejecutada con cámara automática, se caracteríza por una estética tremendamente subjetiva y estilo muy propio deudor del amateurismo y alejado del perfeccionismo, reflexiona brevemente sobre su aproximación a la fotografía como la de una especie de perro perdido que vaga por la ciudad.  
In this video the quite known in the artistic media, Japanese photographer Daido Moriyama, whose work, executed with an automatic camera, could be said is characterized by an extremely subjective look and a very personal style debtor of amateurism and denier of perfectionism, talks briefly of his approach to photography as a sort of lost dog that roams around the city. 

"Desde que yo era joven el trabajo de mi padre implicaba movernos mucho. Y cuando nos mudábamos a una ciudad nueva, algunas más pequeñas, otras más grandes, me gustaba dar vueltas por la ciudad. Eso me encantaba.
Cuando trabajo en un proyecto básicamente abandono la habitación antes del mediodía y como un perro perdido, dando vueltas como un perro vagabundo o un gato callejero, o a veces incluso diría que como si fuera un insecto, voy de callejón en callejón, salgo y luego me vuelvo a adentrar en otro callejón y simplemente doy vueltas por ahí y luego cuando va cayendo la noche vuelvo a casa, me doy una ducha y vuelvo a salir otra vez. Me suelo tomar un trago en algún local de Shinjuku y paseo por ahí y hago fotos. Me meto en otro bar, tomo otro trago y salgo a la calle de nuevo. Esa es mi metodología.
El distrito rojo es sexual y las mujeres son sexuales. Pero no son sólo las mujeres, la ciudad misma es sexual. Supongo que lo que quiero decir es que la fotografía para mí no es la cosa más divertida, más emocionante que puedo hacer, pero al mismo tiempo no puedo evitar sentirlo como un medio y un hábito bastante cautivador."