Ceija Stojka. Foto: Christa Schnepf
“Un día antes [de revisitar un campo de concentración] tuve este sueño: que las montañas de muertos se iban juntando hasta formar un gigantesco pájaro-humano. Las fosas comunes se iban levantando una detrás de otra para convertirse en su tronco. Y juntas se las arreglaban para formar un pájaro de tumbas humanas. Eso fue lo que soñé, y los sueños, a nosotras las víctimas, no nos dejan”.